Dedicatorias #30. Reconstrucción
30.
Y ayer que me había derrumbado, vos viniste, y sin
saberlo, me levantaste. Te dedico esta reconstrucción: el cuerpo demolido en
cámara rápida recuperó su forma. Erguida por tu voz, fresca, recién hecha para
mí, cocinada en el vapor de tu cuarto lejano, contenta en espejo de escucharme.
Nos oímos con países de por medio, con montañas y lagos. Me soñaste, yo te
invocaba. Me soñaste y estabas enojado conmigo. Tenías razón, ando perdida. Tu
voz me dio un centro: sólo escucharte sentí que había sido algo. Yo fue una
persona con mi nombre en este cuerpo y te amé, te amé tanto mi primera vez. Y
ahora resurge el calor de esas noches robadas a los padres, mentidas,
inventadas en el medio de la semana para no desesperar. Fuimos completos para
el otro. Nada de guardarse, puro atropellarse y probar. Vos mi mundo yo el
tuyo. Tan fugaz y tan eterno lo que en el cuerpo pasa. Cómo olvidar si se
escribe en el sexo un nombre, cómo me pregunto, te juro, quizás habría que,
pero no me sale sabés? Nada cool soy, más bien lo melancólico me sienta, y lo
animal, relamo mis marcas y siento el gusto de tu boca en la mía cuando las
voces se apagan con besos.
Nuestro silencio es de tocarse, explorarse, comerse.
Es tuyo, te lo doy, lo callo, lo dedico, blanco de amor.
km. 2014
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