Ni el olor a lluvia #CorazónCaribe

Ni el olor a lluvia, tan estridente cuando me acerco a cerrar la ventana, con este temporal que acaba de arrasar, y arrebata mi nariz, ni esa mezcla perfecta de verdor húmedo, asfalto enfríado y ventisca helada, ni el hecho de que esté empapada de gotitas la sien por sacar la cabeza al aire a lunares de agua, puede robarme la mezcla de esencias, tuyas, que me impregnan. Están adentro, eso es. Me recorren o corroen, eso es. De pronto asoman y destilan en mí que entonces muero de sed, de hambre de abrasarte de nuevo. Como si el fuego emergiera de la humedad musgosa que los resquicios de mi cuerpo ardorosamente cultiva. Pasionarias cautivantes, lirios naranjas, girasoles en movimiento perpetuo, ebrios de girar, dientes de león que se despelusan solos para posar cada pelito como un mínimo brazo, haiku, en tu espalda lluviosa, en tu pecho pista de mis manos que se deslizan sin freno, que no saben parar. Así estoy: mis uñas son caracoles que levantaste de la playa y seleccionaste con especia...