El color que no puedo decir

En la vereda de otoño, en la caída de la tarde mayo, el de la luz iridiscente mayo, el de las nubes que incandescen mayo sobre baldosas rotas exhibe el charco de flores esparcidas un palo borracho ha derramado pétalos cremosos por doquier suaves, jugosos como la delicia de tus labios encendidos y en el borde de la flor avanza potente un ribete el color que no puedo nombrar ese que parece puro artificio nuestro rubor inconmensurable en el borde en la comisura de tus labios que se abren me reciben esa textura de terciopelo, cereza pendientes de reina embebida en el quiebre del suelo que de pronto maravilla no me alcanzan los ojos para la explosión inesperada flores ebrias bailando un viento nos levanta y es remolino de monarcas desastre de rubíes que lamen última luz del atardecer púrpura, coral, luz que es líquida un cielo que chorrea mientras te espero te espero en el levitar perlado que se vuelve azul marino porque las flores de este ...