lluvia de estrellas

de repente me deslizo a toda velocidad
patinando con mi lengua que recubre un camino hecho de sal, burbujitas invisibles,
afluentes pequeñísimos de sangre
arroyos murmurantes
todos activados, todos en marcha
molinillos que suben la temperatura de esta ruta que la luz rajante encandila
voy a toda velocidad
                                       y la ruta
se hace tierna
tu carne trabada y blanda a la vez
manta de calor, mantarraya,
la tierra es esa consistencia
terciopelo y pana, sabor a sol en las puntas
naranja y miel
me pregunto, y no es verdad
en el instante expandido de este viaje
no me pregunto nada
el cerebro puesto al servicio de la sensación
puro estímulo, electricidad que punza como si cayeran estrellas
imaginate,
imaginate eso que nunca, sentí
sentí

¿alguna vez te acarició una lluvia de estrellas
cuerpos celestes, candentes,
espejitos redondos, azulados,
ojos iluminados de gatos bonsai?
¿alguna vez
sentiste así?
A toda velocidad
Imaginate las estrellas son rojo calor arremolinado
su luz potente nos llega después de años, después de muertos estos cuerpos que ahora
como en ese momento,
imaginate, sentí
llueven estrellas desde la punta de tus dedos
amasás con destreza inédita lo voluble del fuego
insertás en mí la fuerza del cielo en movimiento
un ardid natural
divino también
no puedo creer quién diseñó esto
quién fue, quiénes (serán un grupo?)

los artífices del amor



¿quién osó programar los elementos que se activarían así
a la mera visión de tu persona?
Esta fuerza que infundís
si no la encauzo

estalla
ya no habrá ruta donde acelerar
ni curvas peligrosas al borde del abismo
no habrá acantilados donde caer estrellada
ni arroyos por doquier para una sed de jugos efervescentes

no

no habrá mantarraya gigante nadando plácida
en el mar, que siempre hallamos de fondo
(casi no lo digo, hace falta aclarar?)
las olas siguen, aletean, nos rompen lo que no fluye
y no habrá nada ni mantarraya ni playa ni caracol
nada
las constelaciones, apagadas
no habrá mañana
nada
nada
se instalará la noche
sin ruidos
y los pájaros que a lo lejos distraídos en la ciudad
cantan
no
no
callarán
nada
no habrá música
no
no no

nada de todo eso habrá

nada de todo

nada de nada

nada
hasta que te vea y nos podamos tocar


Esplendor, km. 2018. Leído en la presentación de Amarillo Ocre, reeditado por Viajera.
Viernes 9 de noviembre de 2018.

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