Olvido
Quién sabe por qué me acordé
de esa vez que caminábamos y empezó a lloviznar
salíamos de Cortázar, era gris plata el cielo
cargado, voluminoso
abajo, yo, me sentía libre
lo nuestro estaba destruido
te habías encargado racionalmente
decisión tijera
me sentía libre, un poco herida
quién sabe por qué
respiraba tranquila
la tristeza se había deshecho
estirada
el punto suelto de un tejido
tiré y tiré
hilo de lana
roja, suelta,
lista de nuevo para trastocar.
Mi paraguas estaba roto
confuso y algo desesperado
vos no tenías, solo mirabas,
hablabas sin parar de cualquier cosa
(como si las palabras pudieran tapar
la intemperie
existe con resolución)
en el medio de la avenida lo abro
————————-(el presente me invade, lo toma todo,
en este instante no hay recuerdo
lo invento, lo vivo, estamos, por última vez, caminando)
te muestro y me río
Esto no sirve más
No quiero nada que no funcione, y que encima
no sea lindo
algo que parezca cubrir
y decepcione
(las palabras, pienso, no pueden cortar)
mirá cómo se abre
todo chueco
(las palabras son casita o baldío)
Subimos al cordón del otro lado de la avenida
me alejo fugaz para dejar el paraguas
en el tacho
lo meto, como si fuera transitorio, como si lo guardara
ya estaba todo destruido
seguimos caminando con el mismo ritmo pero las gotitas se multiplican
me despido
no entendés, te hago un chiste
me siento libre
no soporto que estés cerca mío
solo digo
chau chau chau
y encaro de verdad
el otro lado
Las gotas se espesan, primero me golpean
muy frías
impactan, luego se abren
mariposas deshechas
más y más y más
y más
la cortina de agua
me envuelve completa
me encanta
el murmullo de la lluvia hace mi caminar
un vuelo entre el follaje
pronto estaré empapada
pronto voy a temblar
pero ahora
justo ahora
es perfecto.
Quién sabe por qué me acordé
si hoy
no llueve.
Esto es el olvido, el hilo rojo que guardo.
km. 2017
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