Entradas

Mostrando las entradas de agosto 16, 2015

Dedicatorias #74. Madera

Imagen
(...) Ay, me dio sinestesias, me dio frío, me apretó con una mano la panza. Ay cuántas imágenes, ay, la tristeza como olor en un banco de plaza. Y yo, sin madera para ella, aunque cada tanto me tome como una ráfaga y mi agua se vaya en gotas de mar. La tristeza es húmeda, atenta contra la madera, mortales enemigas. No hablo de madera de árbol, tronco que necesita alimentarse y agua que se vuelve tierra húmeda. Hablo de la madera roble que nos hace, de la constitución madera del cuerpo, que suspira erecto para caminar cuando antes volaba o flotaba en un lugar. Soy de madera, extraño menosprecio en esa frase que destila perfume noble, que construye casas, refugios de la mentes arboladas. Soy de madera, necesito sol. La extrema humedad me carcome, hace pozos movedizos, tramposos en mí. Dame estrella, hoy, cielo calor. Te necesito titilando, latiendo en mí. PD: así te digo lo que me gusta, madera yendo al pasto de la inspiración, al borde de la ruta, puedo rodar, ser dicha. #dedicatorias,

Dedicatorias #73. Cortame el tiempo

Imagen
Stop all the clocks, cut off the telephone, Prevent the dog from barking with a juicy bone, Silence the pianos and with muffled drum Bring out the coffin, let the mourners come.  Paren todos los relojes, corten el teléfono, Impidan que el perro ladre con un hueso jugoso, Silencien los pianos y con un tambor amortiguado Saquen el ataúd, que vengan los que duelan. Let aeroplanes circle moaning overhead Scribbling on the sky the message He Is Dead, Put crepe bows round the white necks of the public doves, Let the traffic policemen wear black cotton gloves.  Que los aviones hagan círculos gimiendo encima nuestro Garabateando en el cielo el mensaje Él Está Muerto, Pongan moños de crepe en los cuellos blancos de las palomas, Que los policías de tráfico usen negros guantes de algodón. He was my North, my South, my East and West, My working week and my Sunday rest, My noon, my midnight, my talk, my song; I thought that love would last for ever: I was wrong. Él era mi Norte, mi Sur, mi Este y O

Literatura en Sociales: hoy leo!

Imagen
Te espero! km

Dedicatorias #72. Ida

Imagen
Te siento, me estremece. Estremecida, pierdo la cabeza, rueda lejos de mí, se apoltrona en un rincón, distante de lo que sucede, me mira, no sin expansiva ironía.  Tierna esta locura encarnada que exhibe estrellas en mi sangre. Lucero que impacta el brillo de mi piel, de la sonrisa de evocarte.  Te hablo sin decir, casi nunca estás, pero comentamos cada nimio suceso, y te recomiendo una bebida de frutas, te invito a pasear adentro de una foto con túnel de árboles, insisto, comé verde, luego te explico un recurso retórico y te parece loquísimo, solo normal para mí.  Te llamo sabiendo que estás lejos. Me rodeo de personas con tu nombre sólo para sentir mi lengua articular los sonidos que te hacen girar y mirarme. Ahora burbujeo. Siento completa, cada acorde es una cuerda que se mueve, ondea, delicada. Me abro lenta, me lleno poco a poco de nubes, de agua, de peces. Me espumo. Me lleno de tu forma, de fonemas sabrosos de vos. Cada sentido abre puertas, ventanas, casas enteras que habitamo

Dedicatorias #71. Te vi por mis pecas

Imagen
Más vale, tengo tus pecas contadas, me largás, así, cuando te digo que me parece que sos observador. Y no te das cuenta, a pesar de que me estás mirando (o sí, porque sos observador y yo no me doy cuenta) de mi respingo, de que estoy vibrando, de que inmediatamente te vi mirando mis hombros, mi cuello, mi pecho hasta que surgen mis tetas, tus manos en ellas, tus besos que exploran, que bajan, que me recorren como prendiendo mi cuerpo, te vi, grabás nuestros movimientos, dejás que en tu verde las imágenes se impriman como huellas, te vi, pasando tu lengua por mi espalda, te vi agarrándome de las manos, apretándome, te vi adentro mío, te vi besándome, te vi sin verte mover tu boca en mi oído, susurrarme despacito algo, palabrascaricias, palabrasfuerza, deseo brutal, algo exorbitante, me preguntás, me exclamás y yo no hago más que suspirar o respirar, me confundo, grito, me sumerjo en el fluido, grito, saco cada tanto la boca como una nadadora, tomo aire y se me va, te lo paso, te doy mi

Dedicatorias #70. En la mesa

Imagen
Sí. Quiero compartir todo. Sí. No sé qué hacer, no sé cómo. Quiero tanto, no sé dónde meterlo, se cae de mis huecos, se desliza por mis dedos, se desprende de mis pelos. Ni qué, ni cómo, ni dónde, mucho menos, totalmente inasequible, por qué. Irreverente, inconducente la pregunta causal. Esto irrumpe. Y ya. No hay solución. Irrumpe inundación, terremoto, incendio. Irrumpís paraíso. Después de romper el espacio de mi cuerpo, campo en construcción, me preguntás si te veo aunque no estés. Si te aparecés en la mesa donde alguna vez almorzamos y nos comimos, nos devoramos golosos, niños, ávidos de postre.  Sí. Estás en mi mesa, en mi lengua adherido, este gusto que relamo, felina, y me estremece. Estás en mi mesa que se tiende cual cama, camarote abordamos y rompemos todo, platos y copas, todo, levamos anclas. Somos nuestro alimento, tendidos uno para el otro, sazonados para que la lengua estalle, al fin, de sabor, de viaje sin saber, lengua bífida la nuestra, vuelto rodeo sin traducción, a

Dedicatorias #69. Inevitable

Imagen
Decís que es inevitable, el fin. No te cuestiono abiertamente, no puedo. Adentro empieza un terremoto de dolor. Se irradia de mi plexo solar a las extremidades. Vibro en frecuencia baja, inaudible, que sin embargo mis ojos demuestran de alguna forma, mi cara traduce en una mueca, un cierto rictus. Te impacta mi dolor, veo que te duele también. Es difícil sin embargo, vestido permanecés distante, como si yo estuviera hablando del fin, del punto y aparte.  ¿Lo hago? Sin decirlo, ¿eso sentís? No sé si querés que lo esgrima (esa puntuación definitiva) para decir basta: hasta acá llegamos. Lo escribo y el temblor me invade. Hay una catarata de lágrimas listas, un agua que se abrirá paso como una inundación, días, meses de anegamiento, de no saber qué sobrevivirá una vez que baje, mojado todo, húmedo sin recuperación.  ¿Por qué hurgás? ¿Por qué vas ahí, a esa canilla de tristeza imparable? ¿Tenés miedo? ¿Es esto demasiado feliz, perfecto? ¿Te embarga cada mañana, te embriaga y se acomoda en