Dedicatorias #91. Sin borde



Todavía tengo tu olor entre mis piernas. Te siento adentro de mí. Tu mano que presiona mi vientre que se mueve. El temblor que no tiene pertenencia, sos vos? sos yo? Qué importa, no hay borde. Es algo nuevo esta mezcla. No lo habría imaginado: perderse tanto en otro, dejarse llevar, compenetrarse. Me quedo sin aire y me refresco completa cuando estamos juntos. Refresh a quién creí ser. Se demuelen edificios arcaicos en mi interior, ciudades glaciar se derriten y fluyo fluyo fluyo. Entre mis piernas tu olor me embriaga, me transporta. En la espalda tu lengua me recorre y soy espasmo, la electricidad me tensa como un rayo. Tu voz, tu respiración, tus susurros, tu jadeo, me rodean me aprietan me rasgan y se meten alborotándome. Ebullir, se prende fuego acá y allá, acá y allá se iluminan los poros de mi piel, hay pequeños incendios agitados, crepitar ávido, hay lenguas de llamas incandescentes que me arrojan, sí, viro al rojo y soy cálida, una arena con el sol justo para entibiar los pies, para fundir los cuerpos. Tu agua se evapora en mi superficie, apenas tocada, y no vas a parar hasta que me moje por completo, exhausta, tendida de placer como un animal sensacionado. 

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