Dedicatorias #56. Calada



Creo que cuando no puedo hablar es el momento en el que la lengua es más pura, real, sentida: ojos que se cierran y cruzan miradas, onomatopeyas, gemidos, suspiros, caricias, sudor mezclado, tu gusto en mi boca, tu fluir en mí. Abrazados, abraso de sangre incendiada.

Te dedico este temblor.
No hay más que eso en mi cuerpo.  
Mudez y temblor.

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