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Mostrando las entradas de diciembre 21, 2014

Dedicatorias #32. No puedo

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32. No puedo hablar. Te miro. No puedo hablar. Respiro. Suspiro. Me estiro. No puedo hablar. Sigo mirando tu mirada. Por momentos no. Por momentos bajo los ojos como si pudiera esconder esta desnudez del gesto. Decir que es tanto lo que asoma, que no creo que puedas oracionarlo. Los instantes clave de la charla son pura confusión. Estruendo de silencio. Te dedico este (h)uso de la lengua que calla, blanco de hueso, hilo sedado de amor. km. 2014

Dedicatorias #31. La carga del corazón

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31.  Speech - is a prank of Parliament Tears - is a trick of the nerve But the heart with the heaviest freight on - Doesn't - always - move. El Discurso - es una broma del Parlamento  Las Lágrimas - son una travesura del valor  Pero el Corazón con la carga más pesada - No - siempre - se (con)mueve. Emily Dickinson (#688)  No siempre se mueve el corazón, no siempre se mueve, late, late, late, late, late, pero no siempre, no siempre, a veces no se mueve, conmueve, con movimiento sigue con respiración sigue con sangre sigue, no siempre no siempre no sabe siempre no sabe qué es qué pasa qué es esa carga no siempre late se mueve no siempre el corazón no sabe sí sabe no sabe sí sabe latir siempre lato siempre lata es una lata cuando late mi corazón y no te veo y no pasa nada no sabe sí sabe que no lato no lato nonato no no el ato es la lata de vivir sin vos a cada rato volver saber que es así late lato lata late lato lata es metálica la tristeza es hueca

Dedicatorias #30. Reconstrucción

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30. Y ayer que me había derrumbado, vos viniste, y sin saberlo, me levantaste. Te dedico esta reconstrucción: el cuerpo demolido en cámara rápida recuperó su forma. Erguida por tu voz, fresca, recién hecha para mí, cocinada en el vapor de tu cuarto lejano, contenta en espejo de escucharme. Nos oímos con países de por medio, con montañas y lagos. Me soñaste, yo te invocaba. Me soñaste y estabas enojado conmigo. Tenías razón, ando perdida. Tu voz me dio un centro: sólo escucharte sentí que había sido algo. Yo fue una persona con mi nombre en este cuerpo y te amé, te amé tanto mi primera vez. Y ahora resurge el calor de esas noches robadas a los padres, mentidas, inventadas en el medio de la semana para no desesperar. Fuimos completos para el otro. Nada de guardarse, puro atropellarse y probar. Vos mi mundo yo el tuyo. Tan fugaz y tan eterno lo que en el cuerpo pasa. Cómo olvidar si se escribe en el sexo un nombre, cómo me pregunto, te juro, quizás habría que, pero no me sale sabés? Na

Dedicatorias #29. Amarella

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29. Ardor: naranja con dorado incandescente. Ardor es el ardo de mi pubis. Rubor escondido, no lo dejes asomar, resplandor en olas, montañas de olitas ardiendo, anaranjadas pero sin ácido, nada de eso, las i están quemadas de anhelos. Nada de dolor, solo dorarse, adorar callada alguien que mueve el encender. Yearn, yearning. You. Vos. La lengua se llena de agua. Espera. Más viva que nunca espero. Vívida, abierta, amarilla. Amarella su piedra regente, su nombre reina.  km. 2014

Dedicatorias #28. La prenda

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28. No soltás prenda. Te digo y no lo entendés. Te dedico la explicación que ahora va así: Imaginá que la prenda es un signo de interrogación, vos te aferrás a tus preguntas como un león a su presa. La gacela, parece, puedo ser yo, por mi natural gracia y elegancia, no por mi enérgica ferocidad. Ahora la dejo a un lado porque realmente te miro con ojos de pupilas negrísimas, dilatadas, pozos de aljibe estrellado. Me sorprende tu tenacidad, la conversación deriva, la pregunta permanece, es un anzuelo que está colgando ahí, en el pequeño, privado cielo que armamos charlando sin parar. No soltás prenda, reitero. Ya entendés y me gusta cómo suena la frase, el acento le da fuerza especial a soltar, su voseo, y la prenda puesta, exhibida qué hace. Entonces veo la imagen: me tomás de la cintura fuerte, interrogándome me besás y te muerdo un poco el labio, no puedo evitarlo. La prenda soy yo. Quedo prendida de tu boca, mi ropa desaparece aun vistiéndome, tiemblo y estalla el pecho. 

Dedicatorias #27. Reina la Risa

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27. Te dedico mi gracia, la risa. Poco hay más allá de reír en conjunto. Enamorarse es casi eso, el cuerpo ríe con otro, objeto de su amor, completo ríe desde la planta de los pies a la coronilla, se corona de carcajadas y centellas. Reina la risa, otra vez crepita la erre. Se extiende lo cálido como un manto de flores amarillas, naranjas, flores que laten, flores peces dorados que besan, fluorescen. Empieza la complicidad que une, desea, la mirada a la boca que ya no necesita hablar, despreocupada ríe, nos iluminamos con sonidos risueños. Los dientes resaltan los labios, rosados, gozosos. Un baile tácito se inicia, rápido reímos y somos niños otra vez, cachorros corriendo, alargando la cabeza que sólo siente suave el viento, cierra los ojos plácidos, brisa en la cara, en la punta de los dedos, corriendo somos potrillos excitados en el campo verde. Somos las erres del reír, estamos juntos, vocales de miel con acento y regocijo.  km. 2014

Dedicatorias #26. Querido, Mío

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26. Ya no alcanza el encabezado, pero me gusta que haya uno. Querido es lindo pero se usa tanto y mal ( lindo es aún peor, engaña con su sonido pero desilusiona en el sentir). Quiero devolverle el querer, la potencia de la carta que espera su respuesta, que llama al otro en la distancia, que se imagina hablándole al oído, susurrando letras. Así me gustaría leerte esto. Al oído, despacito, suave. Con muchas sssssssssss, ¿viste que hacen como chispitas en la oreja? Crispy . Como manos pequeñas, miles, que acarician. Llovizna de copos finos, crocantes, transparentes. Me acerco sigilosa hasta vos. Estás distraído, apenas te rozo como para que sepas que estoy ahí. Me inclino levemente y digo bajito Querido , Mío . Expectante quedás, congelado pero sonreís brillos. Los veo desprenderse de tu boca, relucir. Te leo lo que escribí todo apretado en una servilleta. Voy despacio para que cada palabra se deslice como un gato de ojos verdes, miel, míos. En el oído está la entrada al c

Dedicatorias #25. El ardid

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25. Te dedico el ardid, lo ardido y lo ardiente de mí. Ardid que no esperaba, que no es trampa sino truco, pase mágico del tiempo de un lado a otro, horas maduradas hasta que los minutos son frutos dulces, cascados en el piso, desperdigando su néctar. Ardido el cuerpo acoplado escribiendo obsceno, juguetón, en la cama, ardí, sí, ardimos, quemaba la sábana blanco incienso nuestro olor y unos segundos después nos deshacemos como agua, humedad plasmada del amor en el sudario hilado del deseo. Ardiente permanezco, muerdo el día como puedo, cuesta tragar las horas hasta que te veo, el estómago un nudo, la garganta que filtra mi saliva como vidrio y más abajo, vientre abajo, efervesce la memoria de tu toque y se redondean las olas de un mar personal que no controlo. Te espero distrayéndome para no abandonar mi cuerpo en la playa, mojado, abierto, saboreando sal. km. 2014