Dedicatorias #26. Querido, Mío
26.
Ya no alcanza el encabezado,
pero me gusta que haya uno. Querido
es lindo pero se usa tanto y mal (lindo es aún peor, engaña con su sonido
pero desilusiona en el sentir). Quiero devolverle el querer, la potencia de la
carta que espera su respuesta, que llama al otro en la distancia, que se
imagina hablándole al oído, susurrando letras.
Así me gustaría leerte esto.
Al oído, despacito, suave. Con
muchas sssssssssss, ¿viste que hacen como chispitas en la oreja? Crispy. Como manos pequeñas, miles, que
acarician. Llovizna de copos finos, crocantes, transparentes. Me acerco
sigilosa hasta vos. Estás distraído, apenas te rozo como para que sepas que
estoy ahí. Me inclino levemente y digo bajito Querido, Mío. Expectante
quedás, congelado pero sonreís brillos. Los veo desprenderse de tu boca,
relucir. Te leo lo que escribí todo apretado en una servilleta. Voy despacio
para que cada palabra se deslice como un gato de ojos verdes, miel, míos. En el
oído está la entrada al corazón, by heart, de memoria. Así se graba la voz.
Quiero que tengas mi cadencia, mi tono, mis ondulaciones. Entonces siempre voy
a estar con vos, en vos, aunque el mundo se ponga en medio y nos haga sombra.
km. 2014
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