ésta-soy-yo















termina y vuelve a empezar
vuelvo a poner la música porque me dice lo que siento de vos en mí: algo que se levanta en movimientos ondulados que no terminan en una forma que no se quedan quietos
la música que tengo sos
la que siento penetrar en cada poro, en cada quiebre de mí
un extrañar (de afuera hacia adentro)
un entrañar (de adentro hacia afuera)
en lo profundo en las entrañas florece un ruido nuevo un rugido de animal marino musical
me devano
intento escuchar, aguzarme
me hago un bollo primero
una aguja después
para girar y ver qué pasa
trato de acercar de hundir mi cabeza en el ombligo
abrirlo
sumergida la cabeza navegar en el fluído constante que me alimenta
meter mi ojo en la extrañeza que chilla y descubrirla al fin
ponerle nombre
el tuyo
tu nombre
nombro tu nombre por primera vez
en mi interior
como si estuviera cultivando este animal extraño
como si quisiera que ingresara en otro plano
independiente de mí
absoluto
ideal
como si buscara volverte a hacer para que no fueras más
en otro lugar
lejos
mío
pero lo único que logro es
abrirme una herida
el río tajo me atraviesa desde la garganta hasta el final del pubis
hiero completa porque no intento evitarlo
este rasgar absurdo de cuerdas internas que no suenan
(la guitarra quedó afuera, sonando sola, inadvertida, monocorde)
esta investigación de escena de crimen se expande
aparece la detective que nunca puedo ser porque es a mí misma a quien ataco
la bajo sospecha
la extrañada
la perdida en bosques musicales que nadie más oye
la que entrañada se come el vientre sin parir ni el animal
pero soñándolo
con una nota de sinfonía fantástica
como flor o pez, mejor
entre esas mareas que resuenan en el diapasón
de tu nombre
de mi desgarro continuo
Prometea elegida, enamorada
termina y vuelve a empezar



La Pérdida o La Perdida, Viajera Editorial, 2008.

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