se apelotonaba en mi panza

Tardaste tanto en llegar que el tiempo se apelotonaba en mi panza. Respiraba bolas de algodón y mi nariz se esforzaba, ruidosamente. Cada noche sucumbir al insomnio y transformar la cama en camilla y parirte de nuevo, imposible, tardabas en salir, y a mí me gritaban más fuerza, más fuerza, ya sale, concentráte, qué será hacer fuerza abajo, soy un bloque contundente de dolor, no sale, pasámelo, dijo el médico y vi un objeto relumbrar y la cara de Nacho se arqueó levemente, vi un metal puro relumbrar, no un cuchillo, una cuchara? Igual no voy a mirar, ni quiero, sólo mi panza adelante que no baja, sube y baja, pero no baja de verdad, no se va, mi panza montaña, pelota de basquet que repica y repica sin parar, mi panza burbuja imbatible que hay que explotar, todos arriba, vamos, usted también esposo, arriba y empujen, vamos, arriba, empujen, pujá, vamos, una vez más, ya, vamosssssssssssssssssss



Y saliste, y yo no te escuchaba, y mirá, este cordón es larguísimo, es un récord, y yo no escuchaba, ¿está bien? ¿está bien? Nacho, ya está? Lloraste, y yo me empecé a reír como una tonta, con pequeñas carcajadas nerviosas, y también lloraba, llorábamos las dos cuando después de desenrollarte               UNO      DOS           TRES        CUATRO          CINCO      vueltas de cordón, como un collar, cinco vueltas de collar umbilical, primera alhaja que te di y no te ahorcó, la luciste mientras girabas con los médicos y yo te recibí, envuelta y pastosa, con pelito negro y peinado, lustroso, y ojos enormes, acerados, y llorabas, y te arrugabas mucho al llorar, como si fueras un montoncito de carne que se metía para adentro, y te agitabas, y yo lloraba también y tu padre reía sin hacer ruido, con ojos brillantes, y te llevó para que te revisaran y yo me quedé ahí, muy sola, terriblemente abatida, muy sola, mientras me cosían.


Seguí llorando, riendo, como si fueran la misma cosa. Sí, en el centro de ese enchastre de sangre y fluidos, cómo me reía, de adentro, tan entrañado, tan fuerte, me reía sola porque YA, ya y a partir de ahora, para siempre, ya éramos cuatro.

El destronamiento, km.

Comentarios

Tremendo. Todo nacimiento es un milagro.

Entradas más populares de este blog

Alguien postea una foto de Gabriela Sabatini

c o r a z ó n

Me preguntaste si era feliz