rozada
2 de Enero de 2004, El Rosedal, Buenos Aires.
Hay un sol que raja y soy una pelota colorada, latente.
Pero las flores viven brillantes.
Son ajenas.
Hay silencio
solo tres ninfas que antes veía
y ahora, entre las doucer normande,
apenas percibo
como a través de un encaje salvaje.
Yo a la sombra
aun roja
el verde alrededor me contrasta
imagina que resalto
reboto
¡al fin!
Un cuadro expresionista[i].
[más tarde, en El Rosedal]
El templete
(lo miro desde mi banco)
Recién le crecen
guirnaldas
blancas y rosadas, apenas las flores en flor
tan abiertas que no dan
más
y en la escultura que guardan
se lee
flor
de la juventud
desde la piedra sale
una mujer lustrada, bronceada
sola
inválida
(sin validez)
solo
inválida.
Me gustaría creer
que lo que no veo
es la mano de Rodin
con el hombre y la mujer
entrelazados besándose
no lo veo pero ahí está
detrás de ella
que me tapa
con su cuerpo
pero no
solo puedo desear
inválida.
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